Jue, 12/11/2020 - 16:38
CLARIN MIENTE OTRA VEZ
La "Cobertura" firmada por Luis Ceriotto es un atropello a las y los aeronáuticos materializado en una nota compuesta de retazos de palabras sin sentido y sin argumentos.
Ceriotto comienza la nota del multimedio de la cornetita diciendo que “Cinco de los seis gremios aeronáuticos de Aerolíneas Argentinas y Austral enviaron una carta conjunta al presidente de la línea aérea estatal, Pablo Ceriani, en la que le exigen recomponer los ingresos" del personal. La carta fue firmada por los dos gremios de pilotos (APLA y UALA), técnicos (APTA), jerárquicos (UPSA) y personal de tierra (APA)” y luego continúa hablando de la Caravana multitudinaria del miércoles 11 de noviembre, descontextualizando ambos hechos y haciendo un cambalache de datos falsos.
La multitudinaria caravana que los sindicatos del Frente Gremial Aeronáutico realizaron el miércoles 11 de noviembre, se puede ver en las redes de las y los compañeros que participaron y en las páginas oficiales de cada gremio. También se pueden oír los audios y ver las pancartas con los reclamos que llevaron a esa protesta: 2500 puestos de trabajo en riesgo de las aerolíneas Andes, Avian y LATAM y la situación salarial en EANA y ANAC. También se puede recurrir al comunicado conjunto de los 7 gremios convocantes.
Datos, todos ellos que para un periodista que lleva 22 años y 3 meses de trabajo en un diario, deberían ser muy fáciles de chequear. Sin embargo, no hubo intención de informar. Este reclamos fue omitido descaradamente por el autor de la nota, en un claro intento de desvirtuarlo, minimizándolo e incluso presentándolo como un capricho de un sector que fue uno de los más afectados durante la pandemia y que sigue sin posibilidades claras de recomponer su situación.
La nota no pierde oportunidad de desvirtuar la existencia de Aerolíneas Argentinas (tema que ya es habitué en la línea editorial del diario). En este sentido, se coloca a la aerolínea de bandera como una especie de víctima del reclamo de los gremios, ineficaz, ineficiente. Faltó la pregunta “¿Qué esperan para deshacerse de Aerolíneas?”. Promediando la nota afirma “Además de no haber tenido prácticamente ningún ingreso a lo largo de seis meses, Aerolíneas está teniendo una respuesta comercial más bien magra con el regreso de los vuelos internacionales” y más tarde contrapone esta cuestión con la idea de que “Aun así, los gremios plantearon que no se moverán de su exigencia” construyendo una visión maniquea y mal intencionada de empresas buenas y gremios malos cuando se sabe que cada uno de los sindicatos, generó mesas de diálogo e intercambio para dar una solución concreta a los problemas de concretos de los trabajadores y trabajadoras defendiendo sus derechos, que es lo que deben hacer.
Problema de GPS
Una de las cuestiones más insólitas que tiene la nota tiene está relacionada con el lugar de finalización de la Caravana Aeronáutica del Miércoles. “Casi en simultáneo, el miércoles los mismos gremios protagonizaron una demostración de fuerza con una caravana de vehículos, que partió desde el aeropuerto de Ezeiza con destino final en el aeropuerto de El Palomar, para reclamar por la clausura definitiva de los vuelos de pasajeros de esta estación”, describe la nota con un “serio error de ubicación geográfica”. Dicha Caravana terminó en las respectivas sedes de las carteras de Transporte y Trabajo (datos también muy fáciles de chequear incluso para el más novato de los periodistas). Parece que Clarín en la voz de Ceriotto añora la mal llamada “revolución de los aviones” del nefasto Dietrich que abrió la puerta a aerolíneas con empleos “low cost”.
Respecto del aeropuerto de El Palomar, no son los sindicatos ni deben ser las empresas privadas quienes designen dónde se establecen los aeródromos en ningún país del mundo. ¿Por qué Ceriotto y Flybondi piensan que sí es una atribución que les pertenece? Las empresas que puedan dar trabajo argentino deberían ser bienvenidas, siempre que tengan intención verdadera de crecer y apostar al desarrollo propio y de un país, en pleno respeto de su normativa, y sin imponer condiciones a los estados que les permiten lucrar con su actividad.
Pareciera que estos datos no son relevantes para el periodista, quien, además de no tener actualizado su GPS, no puede conciliar la idea de una existencia conjunta de una aerolínea de bandera junto a otras empresas de capitales privados, cosa que sí ocurre en todos los países. No parece aceptar términos medios, ideas distintas, ni hablar de pensar en una industria nacional: el lucro privado es lo único existente, defendible y deseable para el autor de la nota.
Luego se agrega otro dato sin relevancia para el reclamo aeronáutico del miércoles 11 de noviembre, relacionado con el Organismo Nacional Regulador del Sistema Aeroportuario (ORSNA), que sólo contribuye a la confusión.
Y en su parte final, la nota menciona a cada sindicato como “una figura amenazante que realiza advertencias al titular de aerolíneas” mencionando que la movilización fue “una demostración de fuerza hacia la agrupación que lidera Máximo Kirchner”, cuenta que el pedido de aumentos de sueldo fue “luego de la caravana” con lo cual sigue en su camino de estigmatizar a los sindicatos, a las y los dirigentes sindicales, a las y los trabajadores activistas, a quienes les interesan sus condiciones de trabajo, sus salarios y lo que ocurra con su sector.
Para Ceriotto está prohibido pensar, prohibido protestar, prohibido defender derechos, prohibido tener aerolínea de bandera y prohibido mencionar los estragos que las aerolíneas privadas de bajo costo generaron en la sociedad argentina. Tarifas sin control, Seguridad operacional comprometida, y 2500 familias en la calle. Nada. Un detalle.
Una multitudinaria caravana de trabajadoras y trabajadores aeronáuticos de todas las empresas del sector tomaron las calles este miércoles 11 de noviembre. El ministro de transporte seguramente lo oyó fuerte y claro. Y el ministro de trabajo, también. Las y los aeronáuticos gritamos bastante fuerte cuando nos queremos hacer escuchar.
Una pena que la información llegue tan tergiversada a la redacción de Clarín. Ceriotto: contala como quieras. Para las y los aeronáuticos la lucha no se abandona.
A continuación la nota de Clarín:
Línea aérea estatal
Aerolíneas: los gremios aeronáuticos piden aumento de sueldos
Se lo comunicaron al titular de la empresa, Pablo Ceriani, tras una demostración de fuerza con una caravana a El Palomar.
El titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró. Foto Jorge Sánchez.
Luis Ceriotto
Cinco de los seis gremios aeronáuticos de Aerolíneas Argentinas y Austral enviaron una carta conjunta al presidente de la línea aérea estatal, Pablo Ceriani, en la que le exigen "recomponer los ingresos" del personal. La carta fue firmada por los dos gremios de pilotos (APLA y UALA), técnicos (APTA), jerárquicos (UPSA) y personal de tierra (APA).
"Los sindicatos APA, APTA, APLA, UALA Y UPSA nos dirigimos a ud, por intermedio de la presente, a fin de solicitar formalmente una reunión a la brevedad para iniciar la discusión paritaria", dice la carta que enviaron a Ceriani.
Casi en simultáneo, el miércoles los mismos gremios protagonizaron una demostración de fuerza con una caravana de vehículos, que partió desde el aeropuerto de Ezeiza con destino final en el aeropuerto de El Palomar, para reclamar por la clausura definitiva de los vuelos de pasajeros de esta estación.
Además de no haber tenido prácticamente ningún ingreso a lo largo de seis meses, Aerolíneas está teniendo una respuesta comercial más bien magra con el regreso de los vuelos internacionales. Esta semana sus agentes fueron comunicado de que no sólo se cancelaban los vuelos programados a Montevideo durante noviembre, tras la decisión de Uruguay de restringir el turismo externo, sino que fueron cancelados los vuelos a Nueva York de diciembre y reducidas a dos frecuencias semanales los vuelos entre enero y marzo. También hubo una "consolidación" de algunas frecuencias en las rutas a Miami y Punta Cana, entre enero y marzo.
Aun así, los gremios plantearon que no se moverán de su exigencia. "En tal sentido, si bien entendemos las dificultades que atraviesa la empresa y toda la industria aerocomercial (tanto a nivel nacional como internacional) como consecuencia de la pandemia COVID-19, resulta indispensable avanzar en una solución para recomponer los ingresos de nuestros representados prontamente".
Prepandemia: el ministro de Transporte, Mario Meoni (al centro), con el titular de UPSA, Rubén Fernández (de camisa negra), Ricardo Cirielli (APTA), Edgardo Llano (APA) y Pablo Biró (APLA), entre otros.
La caravana gremial a El Palomar, en el fondo, no hubiera sido necesaria. La conducción política de Aerolíneas responde a Mariano Recalde, ex presidente de la línea aérea, senador nacional y dirigente de la agrupación La Cámpora. Fue otro dirigente de esa agrupación política, Fernando Muriel, quien desde su cargo como vicepresidente del Organismo Nacional Regulador del Sistema Aeroportuario (ORSNA) dictaminó que el único aeropuerto que puede funcionar como "corredor sanitario seguro" para que los aviones despeguen y aterricen en la zona del AMBA es Ezeiza.
Con esa decisión, el ORSNA dejó fuera de juego a El Palomar y la operación de las dos aerolíneas "low cost" que lo usaban como base, Flybondi y JetSmart. Esta última ya mudó sus operaciones a Ezeiza y para mediados de este mes ya cuenta con la autorización de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) para comenzar a realizar vuelos regulares de cabotaje.
Sin embargo, la demostración de fuerza gremial fue precisamente hacia la agrupación que lidera Máximo Kirchner. Luego de la caravana, la agrupación de gremios aeronáuticos envió la carta a Ceriani, el titular de Aerolíneas, pidiendo los aumentos de sueldo. Y cerraron con una advertencia. "Entendiendo la necesidad de preservar un marco de armonía laboral en este difícil contexto que enfrentamos, los Sindicatos Aeronáuticos Unidos confiamos en que no haya mayores dilaciones en una respuesta favorable a nuestra solicitud".
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