22/03/2022
Compañeros/as:
Con su habitual cinismo e impunidad, que le garantizan los sectores que lo han llevado a ser presidente, Mauricio Macri, ha vuelto a atacar a nuestra aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas.
Demostrando una total ignorancia de la legislación aeronáutica argentina y desprecio por la doctrina que considera a nuestro transporte aéreo un factor de integración, soberanía y desarrollo, y un componente esencial de nuestra infraestructura básica, Macri ha vuelto sobre sus viejos slogans de que “un avión es un taxi que vuela” y que “si Aerolíneas Argentinas no es viable, hay que privatizarla”.
Lo dijo con la misma liviandad y superficialidad con que siempre repitió lo que le indicaban sus asesores de marketing: que la industria espacial argentina y la construcción de satélites era un “despilfarro”; que su voto en contra de la reestatización parcial de YPF se debía a que el proyecto iba “en contra de los intereses de los argentinos”; que la gigantesca deuda externa que le tiró por la cabeza al pueblo argentino era “para pagarles a los bancos que se querían ir porque tenían miedo de que volviera el kirchnerismo” o que nuestras Islas Malvinas eran “un déficit adicional para el país”.
Los trabajadores y trabajadoras aeronáuticos tenemos muy claro que la fracasada “revolución de los aviones” de Macri y su equipo, que incluía el desmantelamiento de Aerolíneas Argentinas, Intercargo y Fadea, escondía un enorme negociado a favor de sus socios transnacionales.
También que el fracasado privilegio al aeropuerto militar de El Palomar, en contra de todo el Sistema Nacional de Aeropuertos, escondía también la decisión de destruir pruebas en un Sitio de la Memoria donde se habían producido graves crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
Mauricio Macri representa el peor enemigo de un transporte aéreo y aeroespacial al servicio del país y del pueblo argentino.
Julio Vega
Secretario de Prensa, Cultura y Difusión.
Edgardo Llano
Secretario General.