Actuando como un mero apéndice del ministerio de Transporte, y su política de favorecer a sus amigos “low cost” transnacionales en desmedro de nuestra aerolínea de bandera, los representantes del grupo Aerolíneas Argentinas – Austral continúan dilatando y trabando las negociaciones paritarias, empujando a toda la actividad a una situación de conflicto.

Como vienen denunciando reiteradamente los Sindicatos Aeronáuticos Unidos, la patronal del grupo Aerolíneas sigue empeñada en degradar las condiciones de trabajo y salario de su personal con todos los medios a su alcance. Tanto su posición en las discusiones paritarias como su actitud sistemática cotidiana respecto a sus trabajadores y trabajadoras son contradictorias con su marketing publicitario, que subraya los supuestos éxitos de la empresa y los altos niveles de aceptación por parte de los pasajeros en cuanto a calidad del servicio y puntualidad.

La irritación del personal y sus representantes gremiales va en aumento, a medida que queda claro el propósito empresario de pagar salarios inferiores a la altísima inflación provocada por la política económica del gobierno, todo ello acompañado de una agresiva campaña para colocar a la opinión pública contra sus propios trabajadores y presentar como supuestos “privilegios” lo que en realidad son derechos adquiridos en paritarias anteriores.

Tras numerosas reuniones sin resultados por la Paritaria 2019/2020 ante la Secretaría de Trabajo, dependiente del nuevo Ministerio de Producción y Trabajo, en la que la empresa pasó de no ofrecer casi ningún aumento a ofrecer una suma inaceptable en la que quedaba licuado un porcentaje adeudado de la anterior paritaria 2017/2018, al cierre de esta edición de Aerogremial Digital la situación continúa estancada y preanuncia un conflicto mayor.

Para destrabar esta situación, la dirección de Aerolíneas, poblada y colonizada por ex CEOs de la competidora chilena LAN que siguen expresas instrucciones del ministro de Transporte Dietrich, deben cumplir con su obligación legal de defender los intereses de la aerolínea estatal y valorizar como corresponde a su personal, que es el que día tras día construye su prestigio.

Caso contrario, como a lo largo de toda su historia, sus trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones sindicales sabrán defenderla de sus enemigos y sabrán defender con dignidad sus puestos de trabajo y sus derechos.